Reconoce que su marcha al PSG acabó siendo una mala decisión, pero era un tren que no podía dejar pasar: «Estaba muy bien allí, gané dos títulos de la Europa League y fueron momentos formidables. Pero llega un momento en el que quieres probar algo más. París fue una experiencia difícil para mí, pero era una oportunidad que no podía dejar».

«En París fue difícil para mí, pero era algo que no podía dejar pasar»

Entrando ya de lleno en la final de Varsovia, reconoce que era una oportunidad única y eso aumentó mucho la presión: «El tiempo pasa muy rápido porque ya hace cinco años, pero fue un gran momento. Fue el primer título europeo para mí y ganarlo ante mi familia en mi casa fue especial. Tenía dificultad para dormir tres días antes, es algo que no puedo describir. Si no la ganaba, para mí era un desastre».

Aunque el guión de ese partido no tuvo el mejor comienzo, Krychowiak reconoce que no desconfió ni en un solo momento del final feliz: «Cuando ellos marcaron sentí que el equipo estaba tranquilo. Tenía la sensación de aquel año podíamos ganarle a cualquier equipo. Sabía que lucharíamos hasta el final y ganaríamos. Para mí hacer un gol es algo raro, pero fue muy especial».

«Cuando nos marcaron sabía que lucharíamos hasta el final y ganaríamos»

Obviamente hubo un recuerdo para Reyes, clave también en aquella final: «En este partido fue un fenómeno con aquel pase a Bacca. Es difícil de aceptar algo así, porque era un amigo, un buen chico. No puedo imaginar la situación para su familia. Cuando alguien muere es difícil, pero en este caso era una persona con mucha alegría».

Preguntado por qué se lleva de Sevilla además de los dos títulos, lo tiene muy claro: «La afición, porque es algo impresionante. Es de las mejores del mundo, porque cuando juegas los partidos de alto nivel, entras en el campo y escuchar el himno es muy bonito. Un día quiero ir como aficionado y poder vivirlo».