Como ya demostró ante el Újpest, el exceso de confianza no será un problema ante el Zalgiris: «Todos estos partidos en los que somos muy favoritos pueden llevarnos un poco a la relajación. En el fútbol hoy en día, si no compites al máximo, le das ventaja a un rival que se presume inferior, pero que ha pasado muchas veces y hay muchos ejemplos. Mi labor es darle toda la importancia, olvidando lo que tengamos más adelante. Ellos merecen estar aquí, han pasado sus eliminatorias y tendremos el hándicap del césped artificial en la vuelta. Ojalá podamos llevarlo lo más encarrilado posible como en la ronda anterior«.

«En la vuelta tendremos el hándicap del césped artificial así que hay que llevarlo lo más encarrilado posible»

Además, dio varios trazos de cómo es futbolísticamente el equipo lituano: «Siempre buscan tener buen trato de balón, sacar el balón desde atrás y tienen un juego posicional aceptable. Como todos estos equipos tiene poderío físico y eso les hace ser peligrosos a balón parado. Cuentan con un nueve fuerte de referencia que juega bien de espaldas y un mediapunta habilidoso y con buen chut desde fuera del área».

Por último, se le preguntó si más allá de lo de mañana, tiene en mente también el once de Tánger: «Más o menos tienes una idea porque es nuestro trabajo, pero es verdad que con lo de mañana pueda cambiar algo. Lo coherente es pensar que no todos están en disposición de jugar jueves y domingo y que algunos sí lo podrían hacer, pero si hay que competir físicamente a alto nivel, cuanto más descansados estemos, mejor. Tenemos una plantilla competitiva y muchas competiciones y la idea es que todos puedan ser importantes y tengan minutos».