Viniendo de tres finales europeas como fueron las de Eindhoven, Mónaco y Glasgow, se presentaba la oportunidad perfecta para los sevillistas de varias generaciones que no sabían lo que era que su equipo tocara plata. Con un Santiago Bernabéu hasta la bandera tras haberse fletado multitud de trenes, más otros muchos autobuses y cientos de vehículos particulares, destacaron precisamente los máximos responsables a nivel de seguridad el que no se produjera incidente alguno.
Fue una gran oportunidad para ver cumplido el sueño de varias generaciones de sevillistas
En lo que a lo deportivo se refiere, la cita se recordará siempre por la galopada de Kanouté hacia el fondo en el que se encontraban los sevillistas para anotar el único y definitivo tanto del encuentro, así como la parada de Andrés Palop a Güiza en un mano a mano que el meta valenciano solventó con creces. Aquella histórica final, que supondría el reencuentro del Sevilla FC con el metal de torneos nacionales tras 59 años, tuvo como once titulares a Palop; Daniel Alves, Javi Navarro, Escudé, Dragutinovic; Jesús Navas, Poulsen, Renato, Puerta; Kanoute y Luis Fabiano, disputando también minutos Martí, Duda y Kerzhakov).
Han pasado 5.114 días desde que Javi Navarro levantara aquel título, tiñendo Madrid de un claro color blanco y rojo más si cabe. Hoy, 14 años después y con varios títulos y clasificaciones europeas a sus espaldas, la afición sevillista ve más cerca el sueño de volver a festejar juntos de nuevo en otro ejercicio de responsabilidad que se demostró incluso tras vencer en Colonia.
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