Asimismo, destacó la competitividad del grupo: “Puede jugar un once un partido y rendir a un nivel alto, y al siguiente partido jugar un once totalmente distinto y el equipo va a ser igual de competitivo. Creo que es importante la competitividad en el rendimiento de un jugador porque hay futbolistas con talento, pero compiten y por eso no llegan a la elite. Aquí hay calidad y espíritu competitivo”.
Y precisamente, Sarabia es muy ambicioso y espera poder mejorar sus registros de la pasada temporada –11 goles y 3 asistencias-: “Voy a intentar coger esos números de referencia, los registros son para superarlos. Soy una persona que se exige mucho y que intenta cada día ser mejor. Tengo un carácter fuerte, soy muy competitivo, me gusta jugar hasta en las cartas. Mi ambición es fundamental, en el momento que deje de creer que puedes crecer, que puedes mejorar, que puedes hacer más goles, dejaré de ser jugador porque el fútbol no es sólo disfrutar sino exigirte a ti mismo”.
El jugador no es sólo exigente en su carrera deportiva, también en su vida personal. Terminó INEF y está matriculado en Administración de Empresas y ahora, además, está haciendo un curso complementario: “Me gusta proponerme un nuevo reto cada año, no podría estar sin estudiar o marcarme nuevos objetivos. No sólo lo hago pensando en un futuro, me gusta lo que estudio y poder hablar de todo. Ahora estoy estudiando un curso sobre organización de empresas y eventos”.
Sarabia recibió multitud de sorpresas por parte de familiares, amigos, excompañeros que coincidieron con él en Getafe, e incluso su pequeña sobrina o su primer entrenador en benjamines: “Es de las cosas que echas de menos al irte de casa, no poder ver a la sobrina crecer, quedar cenar con tus amigos o ver a tus padres. Aquí también tengo amigos y estoy muy contento”.
COMMENTS ARE OFF THIS POST